El descenso del número de desplazamientos, la disminución de la producción industrial y del consumo en las grandes ciudades se traduce en algunos efectos positivos para el medio ambiente

Un respiro para el planeta

Tal y como afirman algunos estudios en las últimas semanas ha habido un descenso considerable de la contaminación en las principales capitales del mundo. Pero ¿por qué ha recuperado el cielo el color azul? Según Juan Antonio Romero, Director del Acuario de Sevilla, “Esto se produce porque las emisiones bajan en cuanto se reducen los desplazamientos en vehículos o la frecuencia de vuelos entre distintos destinos. La polución del aire tiene una vida muy corta y es absorbida por los ecosistemas cuando pasan unas semanas, de manera que  el aire se limpia. Aunque esta situación no resolverá la crisis climática, si supondrá un respiro para el planeta”.

Un respiro que está siendo aprovechado por la naturaleza para abrirse paso. El primer ejemplo es la llegada de animales a los núcleos urbanos. Y es que la cuarentena ha hecho que las calles permanezcan solas y que la naturaleza resurja en sitios donde antes no podía. Gracias a las redes sociales estamos siendo testigos de algunas imágenes insólitas. Desde los peces que vuelven a unos canales completamente limpios en Venecia, a cientos de monos en Tailandia en busca de comida, pasando por los jabalíes caminando tranquilamente por el centro de Roma o los pavos reales en las inmediaciones de El Retiro en Madrid.

El Director del Acuario hispalense asegura que la lista de ejemplos de animales que han decidido salir a explorar o en búsqueda de comida es mucho más amplia y que será ahora cuando podamos evaluar el impacto de nuestra actividad sobre la naturaleza. Un ejemplo es la disminución de animales que mueren atropellados en las carreteras o la cantidad de insectos que chocan contra coches, camiones o trenes.

En los parques naturales ahora no hay ruido, ni gente, ahora reina la tranquilidad, de manera que las aves y los animales puedan moverse sin estrés y reproducirse con mayor facilidad. Otro sector en el que la naturaleza impone su capacidad de reacción es el pesquero. Son bastantes los pescadores que han tenido que paralizar su actividad durante la crisis sanitaria, lo que está generando que algunas poblaciones de peces se estén recuperando al no haber sobrepesca.

La actual situación demuestra que la naturaleza es capaz de regenerarse en las ocasiones más adversas, que cuando se frena la acción de los humanos, los animales pueden salir adelante.