El Acuario de Sevilla, un compromiso con las tortugas marinas
El Acuario de Sevilla alberga desde hace unos meses 44 crías de tortugas marinas de la especie Caretta caretta. Estos ejemplares proceden de diferentes áreas de la costa española pero tienen un nexo de unión, la firme voluntad del acuario de proteger a los animales, conservar la biodiversidad y trabajar por el mar.
La conservación, junto la investigación y la educación, son los cimientos a partir de los cuales nace el Acuario de Sevilla. A diario se cuidan más de 7.000 animales, una gran responsabilidad que da sentido al trabajo de los más de 40 trabajadores del centro.
Este es el caso de esta especie marina que se enmarca dentro del programa “head starting” de cría, que consiste en el fortalecimiento y su posterior suelta al mar, y que se lleva a cabo con el fin de contribuir al estudio y conservación de las tortugas marinas, incluidas en la lista de animales amenazados en peligro de extinción.
“Los acuarios no son solo lugares de ocio, nos gustaría que la gente pudiera conocer uno de los valores fundamentales sobre los que basamos nuestro trabajo, la conservación. El proyecto de conservación de nuestro centro son las tortugas marinas, base principal sobre la que se sostiene este centro, el alma, la esencia… una especie con muchas amenazas que necesitan de la colaboración de todos” afirma Rocío Alcázar, gerente del acuario.
Proyecto de conservación en colaboración con la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía
La noche del 3 al 4 de agosto en la playa de “Los Boliches” en Fuengirola, una hembra de tortuga Caretta caretta construyó un nido y a continuación hizo una puesta de 72 huevos; un hecho que raramente ocurre en las costas del mar de Alborán.
Los huevos encontrados fueron trasladados por los técnicos de la Junta de Andalucía, a una playa “Cabopino” de Marbella, buscando un espacio más protegido donde intentar que la mayoría de ellos llegasen a término. Cuando eclosionaron, las crías fueron trasladadas al CEGMA (Centros de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz) de Algeciras donde pasaron sus primeros días. Una parte de estas crías partieron a las instalaciones del Acuario de Sevilla en el mes de septiembre.
Proyecto de conservación en colaboración con la Consellería de Medio Ambiente y Territorio del Gobierno de Baleares
A lo largo del verano del 2020 se recogió un gran número de huevos procedentes de varias puestas en las costas de las Islas Baleares. Tras llegar a un acuerdo de colaboración con la Fundación Azul Marino, en octubre del mismo año, 29 de estas tortugas son trasladadas al Acuario de Sevilla: 16 son del nido hallado en Sa Mesquida y 7 del nido en Cala Pilar, ambos de la isla de Menorca. Las seis restantes son de Ibiza, del nido de la playa Es Cavallets.
Las pequeñas tortugas han sido cedidas por la Consellería de Medio Ambiente y Territorio del Gobierno de Baleares, dentro del plan de colaboración que existe entre los diferentes centros y organismos autonómicos para desarrollar el programa “head starting” con las tortugas que nacen (cada año más) procedentes de nidos depositados en las playas del Mediterráneo.
Conservar y divulgar
En estos momentos estas crías de tortuga se encuentran en perfecto estado de salud bajo la supervisión diaria del equipo técnico del Acuario de Sevilla, con la ayuda temporal de los biólogos de la Fundación Azul Marino. 12 de ellas ya pueden verse en el tanque de recuperación del acuario, donde pasaran los próximos meses completando su crecimiento y fortaleciéndose en un entorno más fiel al medio natural. El resto de los animales se encuentra en los tanques de cuarentena del acuario y en un breve periodo de tiempo pasarán al tanque de recorrido.
“La presencia de estos reptiles emblemáticos supone una oportunidad única de divulgar al público visitante el estado actual de amenaza al que se enfrenta esta especie en su día a día en el medio marino” asegura Susana Montero, responsable del proyecto de tortugas.
Las crías estarán en las instalaciones del Acuario de Sevilla hasta que alcancen un tamaño óptimo que les permita volver al mar con garantías. Las experiencias llevadas a cabo hasta ahora permiten un gran optimismo porque los porcentajes de supervivencia de estos animales al entrar al mar están en torno a un 90%, lo que significa un éxito para la conservación de la especie, dado que se estima que, en condiciones naturales, sólo sobrevive a su entrada al mar una tortuga de cada mil que nacen.